Una especie de pérdida constante del nivel normal de la realidad.


El Pesa-nervios, Antonin Artaud


viernes, 27 de marzo de 2009

Gafas blancas

Condenan a muerte a un argonauta

por robar unas gafas.


Los corazones de los ídolos están hechos de ecos de guitarras.


Las mantas blancas en los campos rojos

me recuerdan las lámparas que se mueven

con la agitación de las bocanadas de aire contaminado.

martes, 17 de marzo de 2009

Algoritmo de Ubú

Dicen que perdemos clase: hay huelga.

¿Huelga de hambre?

No, no. Demasiado pelo largo. Demasiada perilla mal recortada.

Las colinas del Somme sirvieron como batalla en la Primera Guerra Mundial.

Madrid es una ciudad de más de cuatro millones de contribuyentes, según las últimas estadísticas.

¡Cuernoempanza!, ¡saquemos a la calle el caballo de Phinanzas e introduzcamos palitroque en las onejas previa torsión de nariz!


... Y, después de todo, ¿quién se va a dar por enterado?

viernes, 13 de marzo de 2009

CURIOSIDADES

Realmente es curioso, ¿verdad?, ver cómo todo lo que hacíamos se nos vuelve de repente en contra, como si las páginas de un libro que despreciamos nos engulleran y evitaran el contacto con lo que nos rodea: el viernes por la tarde, un paseo por cualquier parque más o menos libre de cascotes, la contemplación de un general asfixiado por un jilguero, la sensualidad de las teclas mientras escribo, la sensación furtiva pero inquietante de que puedo ser portador del VIH, etc.

Es curioso ver cómo la prensa y la opinión pública no se preocupan -o, mejor dicho, confunden el punto de atención- de casos como el de el joven que acaba de asesinar en Alemania a varios alumnos de su ex-centro.

Ya reflexioné sobre Pekka Erik Auvinen en un artículo para la revista "La caja de música", revista del Conservatorio Joaquín Turina, y lo vuelvo a repetir: en ambos sucesos [el de Auvinen y el de este estudiante alemán] hay una historia antes y una historia después de los crímenes (aunque me resisto a llamarlos así).

Y el principal problema es que los juicios que se emiten desde la opinión pública, prensa, etc. sólo se ocupan de la historia a posteriori. A mi entender, estos juicios son, por tanto, inválidos, y carecen de todo sentido.

Se me puede acusar de miles de cosas, pero hay algo claro: no estoy dispuesto a aceptar que se reconozca que los dos muchachos fueron acosados -con burlas y desprecio- y, acto seguido, se concluya que son criminales.

Yo más bien los veo como ejecutores, es decir, como auténticos restauradores de la pax, que devuelven golpe por golpe cuando nadie [las instituciones, la sociedad, o quien sea] se ha atrevido a hacerlo -quizá porque todos parecen estar del lado de los acosadores.

La historia antes de los asesinatos es la siguiente: un niño es acosado, se burlan de él; traga con todo eso, lo sobrelleva de la mejor manera posible [incluso se dice de él que era muy amable con sus compañeros]... Ahora bien: en un momento de tensión, lleva a cabo sus amenazas. Aprovecha que su padre tiene una armería (y conste que esto es secundario, porque un asesinato lo puede cometer cualquiera con cualquier arma), y acribilla a varias personas de su antiguo colegio. Entonces, ya es el mayor enemigo público; de repente, con un sólo acto -que no difiere tanto del acoso, si tenemos en cuenta que este acoso le ha conducido también al suicidio- se pone en contra de la moral de la sociedad.

¿Por qué?

Creo tener una respuesta, a la que ya he apuntado antes: quizá el acoso -incluso después de muerto- no vino sólo desde su escuela, también, y sobre todo, desde la sociedad, que calló ante su sufrimiento no por desconocimiento, sino por cobardía, ignorancia, y complicidad.




martes, 3 de marzo de 2009

DADÁ HONRA A SUS MUERTOS

Va en contra de Dadá acordarse del pasado. No hay más DADÁ que DADÁ. Man Ray vive en nuestros corazones y todo el rollo de película rodando por el suelo las espuelas. Para Dadá no hay para-dadá, ni pseudo-dadá; el señor Antipirina es sólo uno, puesto que si tuviera partes ya no sería uno, y si estuviera en el tiempo tampoco. Por eso ni Parménides ni Meliso de Samos ni Zenón son DADÁ- Manifiesto 2, capítulo 4, versículos 56 al 98 en el libro de "Proverbios": "Eloí es mi señor, nada me falta salvo una rama de olivo en la boca para atragantarme en ancas de rana ambivalentes y luminosas iluminadas2" "Padre, padre, ¿por qué me has abandonado?" Perdónalos, porque no saben que sólo hay DADÁ en el Universo, que no hay universos paralelos más que en Dadá y que la terapiología cienciologística es un truco del pueblo del opio y del opio del pueblo de por ahí perdido en una montaña en un valle inclinado con cubatas de piel de bebé Por el mundo se oye una canción: el himno de Dadá suena y Tzara me saluda desde el lago de los cisnes donde los muertos juegan al billar a escondidas para que las cucarachas no pisen los oasis convencidos de su debilidad psicológica, al menos no mientras en las dictaduras más salvajes encontremos rastros de dinosaurios tonales dentro de toneles negro como el tizón. (Aparte: un tifón le dijo a un marinero que la copa no contenía vino, sino esencia de champú sodomizado. Y, aún así, en los parques sigue soñando Alicia junto a la pared tapiada donde el conejo avanza en su tragaperras golpista)

Dadá no acepta el tiempo; sólo la nostalgia