Una especie de pérdida constante del nivel normal de la realidad.


El Pesa-nervios, Antonin Artaud


lunes, 28 de diciembre de 2009

BELLINI ENTRE NUBES. Reflexión -inacabada- acerca de la poesía y el arte

[ Artículo inacabado, redactado entre octubre, noviembre y diciembre de 2009]

Voy descubriendo cada pentagrama oculto, escucho Bellini, Qual cor tradisti [Maria Callas, por supuesto] y me dejo rodear por las escaleras de las voces, las pisadas que traducen los últimos versos releídos en sonidos ya inservibles, en cuanto que leídos, aunque aún plenos de sentido y sentimiento, pues el tiempo, en cambio constante, se reafirma en las páginas que volvemos y desciframos: ¿cómo esos signos asquerosos, y esos sonidos feos, pueden hacernos sentir tan profunda eternidad?

En el poema descansa un sentimiento de eternidad; en ninguna otra manifestación artística encontramos la fuerza cautivadora del poema, que lleva la visión del poeta a sus extremos -en varios sentidos: por un lado, el poema deja de ser una cosmovisión del poeta para ser una visión cósmica poética, es decir, la visión del poeta se universaliza, e incluso llega a ponerse por encima del propio poema y poeta, y se transforma en el mundo mismo, la


jueves, 10 de diciembre de 2009

RECITAL DE POESÍA- 17 DICIEMBRE 2009- 20 horas > Centro de Arte Joven

Recital de poesía a cargo de Federico Ocaña, en colaboración con la Red de Arte Joven
Próximo Jueves 17 de Diciembre 2009

 a las 20 h.                      
Centro de Arte Joven

Avenida de América, 13    [Metro y autobuses: Avenida de América]

Ver mapa más grande

martes, 8 de diciembre de 2009

EL CÍRCULO DE LOS -

El círculo de los - por fin color de la casa de enfrente como el pájaro que va cambiando de escalera y de ventana, color de pájaro que anida sobre la calefacción porque hace frío en la casa también en la escalera mientras bajo de tres en tres las manchas de perro recién restregado contra la hierba en qué parque en qué alcantarilla las manchas de lápiz de labios y el maquillaje de moda.

La casa de enfrente con su círculo lleno de - y sus grandes ventanales que invitan a intentar llegar de un salto, así de simple. Tráfico de nubes y el pájaro que sigue escalando penosamente cada tubo que escupe humo que escupe las páginas de cuentas y la cuenta en números rojos plateados.

También por los balcones se ven pájaros de humo -cigarrillos mal apagados sobre la falda de una mujer que se quedó dormida escuchando genocidios y masas acobardadas por la gomina y la hierba.

Y por qué no derramar el vaso demasiado caliente sobre los ojos de aquel niño sentado sin hacer nada más sólo en silencio las barras contra todo golpe y aquí fuera por qué no dejar en un cementerio las flores por los que aún insisten y por qué no descender a más profundidad todavía.

Antes el color de la cárcel o el recinto clausurado dentro el fuego y la camisa blanca que obligan a dejar en la entrada aparte de eso. Aparte de eso antes de eso más allá de todo esto el collar busca el cuello cómo se completa el círculo si no hay - balbuceo voz. La voz y el rostro.

viernes, 27 de noviembre de 2009

NUNCA EL FRÍO EN LOS OJOS

Nunca el agua ni el frío ni las ojeras ni el piso que se hunde en el fondo de la marisma donde los patos nadan órbitas concéntricas más allá de la guarida de un silencio oscuro de una planicie furiosa medicamento de gracia y tirada de fortuna todavía cuando presa del pánico atravieso los rincones que vieron girar la terminal del aeropuerto en un lanzar al vacío las razas y las banderas y todo eso era poco más o menos una lluvia de refugiados políticos sedientos de venganza porque la nieve derrite y el agua descalza vuelve a bromear como una niña asmática que la semana no tiene ocho días ni siete ni el agua ni el frío ni las ojeras ni el piso que se hunde en forma de aguacero hidromiel o tiro al blanco hueco redondo ovalado y romo con la hipnosis en el calor de la música callada y la atmósfera sobre el muro al fin un disparo y todo o nada donde el guante no cabe en la mano si no tiene dentro una joya que lame con violencia hasta aquí llegamos de calcetines abarrotados los piojos del cuero cabelludo caramelo en forma de x si tiras la papeleta al aire y luego rezas los minerales encontrados y puestos en cajas de papel reciclado vuelan vuelan ojos arrancados de piel reciclada reciclar el cíclope de aventura traviesa es el último hipódromo que queda por visitar y los caballos no quieren fregar los platos sin un contrato que asegure que el sacerdote tiene en sus manos la escopeta de caza donada por el museo o quizás no tire el dardo antes que la barba se le encrespe como si no tuviera suficientes problemas la canción de una barca que puede preciarse de ser una barca de la canción tal vez no vea más allá sus costillas de éter

viernes, 13 de noviembre de 2009

AULA DE POESÍA EN EL CENTRO CULTURAL PACO RABAL EL 18-NOVIEMBRE

Aula de poesía con Federico Ocaña (Red de Arte Joven de la Comunidad de Madrid): 

el miércoles 18 de noviembre a las 20 horas en el Centro Cultural Paco Rabal


Dirección: calle Felipe de Diego, 11

Cercanías: Asamblea-Entrevías

Autobuses: 57, 144




jueves, 29 de octubre de 2009

martes, 27 de octubre de 2009

AQUÍ Y AHORA

Pasamos la página del tiempo, y conservamos el instante en que la imagen queda grabada en la memoria, como si todavía hubiese una remota posibilidad de conseguir una línea horizontal, un tiro en la frente y nada más que el rugido intranquilo de la pantera enjaulada. Eso está bien, eso está mal: por mucho que ataquemos los años y el agua nos niegan la razón, y la costilla invertebrada, y la nación de bandera y pañuelo en ristre, sollozos en cada puerta, puñales en las mejillas; libertad para escuchar y escribir la tierra bajo el océano, la anguila eléctrica descargando una corriente en todas las olas en que pescan los cazadores de gaviotas. Quizá en otro momento, cuando nos hartemos de comer y beber la sangre coagulada de debajo de un vientre arañado por un animal aún sin clasificar dentro de la familia de los mamíferos cetáceos -ángel o perro abandonado, qué más da. Libro abierto, libro cerrado.

domingo, 25 de octubre de 2009

EN LA VIDRIERA

En la vidriera huecos extraños y vasos de viaje, un nido de aves acuáticas que emigran hacia valles verdes como giros de esquizofrenia sin freno.

Las demás canciones se callan, vuelven a sus casas con las cabezas bajas, como en una concentración silenciosa contra la ambición escupidera de un desesperado en plena luz -la temperatura sube escandalosamente, también los jugos gástricos y las cifras de accidentes de coches.

Aunque no sepamos la causa, el principio es infalible; contra los magos, contra los colegios, contra los atardeceres, contra las vallas, contra los coches, contra las balas, contra el labio inferior, contra las lápidas y los peces, contra el discípulo descarriado que esconde los institutos tirados por el suelo de la planta de quimioterapia: la correa, el síndrome, el golpe. Una muela que cruje y un ángel que cruza la carretera con pies de plomo y a cuatro patas; mañana el grito, la despedida.

Mañana la frágil llama de la palabra que no brota. El cuello de la letra grabada, el corte frontal, la rosa teñida de halcón, que planea los vidrios y jeringuillas -lobos apretados en el metro, reclusos impotentes que silban melodías aplastados contra la cuchilla de afeitar temblor de la espina dorsal, el manicomio tapado con lonas de circo.

sábado, 24 de octubre de 2009

RÍE EL MAR

Ríe el mar, el vestido se desgarra y se deja acuchillar una vez más, como si la ficción no pudiera penetrar en la realidad, y desnudarla, y hacerla también poema. Después de las calles en forma de espiral natural, un globo salta desde un balcón con una pintada que anuncia cosméticos para quemar la cara de enfermos terminales que habitan las vías abandonadas del metro en alguna ciudad dividida por un sol agazapado.

Vista de un puente: la misión de los hombres que lo atraviesan es secreta, nadie ha conseguido sacar de sus labios la palabra, la clave que nos haga comprender el tránsito lento de una ribera a la otra. La contaminación aguarda detrás de cada niño. No hay soledad sin trastorno, sin la ceguera amarga de quien sabe que los días no acaban sino que se enredan, en una lucha pesada e igualada, unos con otros.

Los músicos que esperan el semáforo en verde para proclamar la palabra en el desierto, los lobos que copulan con los leones, y los espacios vacíos, y las nubes horadadas por punzones invisibles que brotan de las jaulas brillantes en los brazos sangrantes que vomitan su consuelo entre mis párpados.

domingo, 27 de septiembre de 2009

JUEGO DE MANOS

Juego de manos: cementerio abierto por la extensión del incesto, los huevos vacíos de las aves rapaces, y el tinte usado para el pelo.

Mentiras, una detrás de otra, desfilando marcialmente, dispuestas a estrellarse por su bandera -o cualquier otra excusa. Un grupo de leones atraviesa la sabana, donde espera encontrarse con el baobab más enano del mundo, que decrece aún más por momentos.

¿Y los juegos? ¿Y las manos? En un remolino de sexos sin cremas, en una trampa mortal para aplausos innumerables, en una alambrada llena de crucifixiones sin rematar, llenas de silencio, de locura, de leche cortada y dientes de oro.

Las voces de otro tiempo que se acercan y aumentan el miedo y paralizan la hora en que los verdugos tiritan entre las piernas de sus madres.

Allí también ocurre el día, allí también los muros derribados, las estatuas sin ojos, los mosaicos arrancados, las fuentes secas.

Allí, es decir, aquí, en el último terreno del vacío, la última puerta de emergencia que es capaz de separar el amor de la ternura, la compasión del asesinato, la escritura y la muerte.

Nuestros brazos no son sino muestras imprecisas de un lenguaje que ya sólo existe en nuestra memoria.

jueves, 24 de septiembre de 2009

SÁTRAPA ASQUEROSO

Afila tus grandes espinas, y relincha, en almendro defraudado donde mueren cuatro mil niños por las últimas investigaciones contra el VIH.

Bajos fondos: militares con bozal, arcos de punto como gigantes de pirita y cuarzo recorriendo el metro en las vías más grasientas.

Mente y alma: relación esotérica y ojos en extinción que tiritan, volcánicos, y vuelan con el vientre recortado -revólver calcinado de tanto disparar a ciegas.

Un día, sí, algún día, el humo aterrizará en todos los páramos sin agua.

Recuerda los higos, y la sal, y el color del mar.


martes, 18 de agosto de 2009

UN RESPIRO

Necesito un respiro, la única solución, la solución final quizá, no sé exactamente a lo que me refiero, o me interfiero, todo gira, se quema, todo canta. A mi alrededor crecen las madreselvas, las selvas de las madres, o las madres de las selvas, porque nadie iba a querer adoptarlas -como estilo poético o antipoético, y un día se me ocurrió fallar el tiro. Así que me calcé el frío y tuve un bbbb en el estómago que me dijo que lo hiciera. Lo hizo con las siguientes paroles:
Acuesta al peluche, ya no tienes nada que decirle más que su última voluntad antes de que los muros caigan como aquellos templos en el libro sagrado, ya sabes. Los siglos que pasen dirán que un grupo armado me confundió con un plato de lentejas y un cacho de pan mohoso -inexistente pero real. Es la verdad, lo confieso lo confisco, lo confundo. Huyo ¿de qué? De un café ¿a qué hora? A las tres. De eso huyo, ahora se ve el panorama con otra perspectiva.
Pero no hubo nada en el fin de los tiempos. Repasemos el atardecer: mis maletas, en un rincón espumoso. Los geranios, corruptos como un pastel de arándanos recién recogidos por los mulos de mi abuelo, el fallero de los hoyos donde escondía la pala y el puñal. El grito y la hoguera. Junto y revuelto, la mayoría de los maoríes perdieron sus nombres en un pantano lleno de parches por culpa del aguacero que no calló -y no es una errata-.

Visión antropomorfa: jarro con cenefas delante de furiosos huracanes azules el dragón está aislado y hay que rescatarlo de manos de una doncella de baja alcurnia. Transvaloración. ¿Y los palillos de dientes? Transvaloración. El dolor del mundo en nuestros brazos laminados.

viernes, 14 de agosto de 2009

COMENTARIOS

Ayer, a última hora de la tarde, casi por la noche -y aquí radica una diferencia abismal, pues no es lo mismo la tarde que la noche, como tampoco son iguales un vivo y un muerto- recibí un extraño telegrama, aunque lo más extraño de todo es haber recibido un telegrama, independientemente de que fuera ayer, o anteayer, o la noche del miércoles, o que fuera de día o de madrugada. El asunto es tan banal, que casi me da miedo contarlo. No es que me dé miedo en el sentido más oscuro del término, es decir, que no es miedo como tal; rigurosamente hablando, el telegrama tiene más motivos para temerme a mí. Eso es cierto; también es verdad que no estoy cogiendo peso en verano. Bueno, quizá esté cogiendo peso, entendiéndolo como importancia...
Ya no sé ni de lo que hablo. Esto venía a raíz de ayer, a última hora de la tarde. La cosa estaba controlada: yo sostenía el vaso entre mis manos, mientras dos discípulos me miraban celosos, porque no podían -más bien no debían, y de ahí que no pudieran- acercarse demasiado a mí.
Es curioso, nunca pensé que alguien pudiera sostener un vaso como yo lo hacía, sin quejarme siquiera, a pesar de que el líquido estaba ardiendo, con burbujas que saltaban de un lado a otro, y unos vapores insoportables, que se me metían en los agujeros de la nariz y me provocaban náuseas, como a aquel personaje tan divertido.
Pasé las mejores horas de mi infancia sujetando ese vaso; y ahora, ¿qué? Bien, creo que lo mejor será retirarme, dejar que otro ocupe mi lugar, quizá dos. En cualquier caso, no más de tres, para conservar la tradición en la medida de lo posible. O quizá sea mejor abandonar esa estúpida costumbre y pasar a ocupar el lugar que nos corresponde en nuestras camas, el mejor refugio después de una larga jornada que ha hecho que el corazón envejezca otros treinta o cuarenta años. Ya no llevo la cuenta.
Esto no tiene sentido. Nada lo tiene.

Mejor así.

jueves, 13 de agosto de 2009

HIBERNAR

Siente la ondulación, la ondulación, no puedes dejar de mirarla cuando se te ha colocado delante y entona la canción con silbiditos y palmadas. La cosa está muy mal, ya lo creo, mientras miras la luna como un foco. Una visión actualizada de hecho no pienso abrir el correo, por el momento; un brindis. La mejoría es evidente sobre todo en la garganta, que antes me dolía, quiero decir, que antes tenía dolores de garganta, pero ya no, porque las pastillas han hecho su efecto devastador, Hiroshima en potencia, ¿no? Eso me dijeron, y yo lo creí, ¡iluso de mí! Ya no puedo creer en nada, ya no espero creer en nada, ya no quiero creer en nada. Creer y morir. En eso consistía el ciclo vital, me dijeron. Sí, por más que le dé vueltas fue eso lo que me dijeron aquella mañana de abril cuando las mariposas emprendían su viaje allende los mares en busca de biberones para las mujeres y los niños mariposa. Vaya tontería, todo el mundo sabe que los ratones tienen banda de música propia: así sabemos tocar algunos cordófonos, gracias al tacto amable y peludo de los roedores que acorralan nuestra existencia. Parecen pequeños, ciertamente, pero también profesan extrañas religiones en las que veneran a dioses multicolores, con zapatillas de andar por casa, y canciones relamidas, y celebran banquetes sin coros ni juergas, porque llevan collares negro como azabache -qué poco original-, negros como betún -sigo igual de poco inspirado-, negros como el tizón -esto no mejora-. Un día después me comunicaron que los cargamentos de menta habían sufrido un trágico accidente: noventa heridos de bala, sesenta muertos de goma, treinta ataques al viento, doce insultos proferidos en voz alta delante de señoritas de dudosa tradición laboral. Así van los tiempos, cambiando como las estaciones o la fauna del bosque: la lechuza ha tenido gemelos, el oso hormiguero abrió una marisquería para aprovechar el boom urbanístico, etcétera.
¿Y lo demás? Tirando, ya se sabe. Posdata: con cariño, vuestra madre que os adora.

martes, 11 de agosto de 2009

TODA MUERTE ES NATURAL

*

Habría que verlo; en cualquier caso, las paredes tiene manchas grandes de color blanco, semitransparente. Barniz, o quizá semen. No sé. Nunca me he planteado una reforma a fondo, porque nunca se baña uno en el mismo río, así que tampoco mira uno nunca la misma pared.

*

Principio de razón suficiente: me duelen las manos, después de un aparatoso accidente que tiene como consecuencia más grave una uña negra como un molusco encerrado que se empeña en no salir de su casa, es decir, de su caparazón, si no se le suministra alimento con una cuchara desde fuera de la cordillera más lejana.

*

Voy a jugar a ser políticamente incorrecto: TODA MUERTE ES NATURAL.

*

Habla el escéptico: "Habría que verlo"

*

lunes, 10 de agosto de 2009

UN NUEVO MÉTODO

Un nuevo método para todas las cosas que no cambian, eso es lo que hace falta integrar en nuestro ecosistema azulado como un manto de tiralíneas sin casos de urgencia gastronómica. Hora y lugar del accidente, situación exacta del cadáver por mí mal hallado. Perfume simbolista que acelera la reproducción in vitro mientras el tocadiscos no se cansa de dar vueltas a dos sonidos malolientes que dicen sí y no, sí y no, porque la contradicción es buena, la contradicción es pura, la contradicción contradice lo que dice la contradicción. ¿Se me entiende? O mejor aún: ¿alguien pretende que quiero que se me entienda? Todo lo contrario, infantes franceses, todo lo contrario. Ahora sí que estoy metido hasta la rodilla en el fango de los recuerdos. ¿Qué os dije? No se os puede hablar ni un momento, por el dulce son. Y quizá, sólo quizá, el universo se expande en figuras geométricas que describen aros y círculos irregulares como víveres de plástico y redondeles antiguos, con cenefas gruñonas y huesos espinosos.

Colgante de sutura punto de idioma incorrecto flecha volcada hundida un monstruo en la alcoba en la escoba en la ventana de los ancianos consejeros del cine meditando buscando los porqués de la ciencia hexagonal y untando de sobrasada los secretos que no se asienten ni se esconden porque los saben los estorninos. Los estorninos los saben, y, claro, también lo saben los mirlos y las urracas, que son de ramas distintas y de familias enfrentadas con la de los palmípedos, que cantan muy bien porque no tienen anginas de pecho ni inflacción en sus cuentas bancarias cada vez más extrañas más vigilantes al acecho de un piano. Vino y se fue. Vino y venció. Todo tiende a acabar trágicamente, una leyenda urbana puesta de rodillas y lista para ser devorada por los cocodrilos del faraón. Todo tiene a. Acabar trágicamente. Una. Leyenda. Las palabras se me derriten en la boca sin necesidad de impulso electromagnético ni tortura especializada en asnos. Las cosas suceden porque sí, aunque contingentes, por supuesto, y no interviene ningún dios, a pesar de que lo más conveniente es que intervenga los seguros de automóvil son registrados en las casas vacías de los inmigrantes deportados exiliados repatriados como sea.
Eso es fuerza, y lo demás es humo blanco para elegir al Papa en su habitación decorada muy bellamente, con pinturas y animales y un gran mural de estrellas con desnudos y barbudos y colores espantosos como dinosaurios aviadores. El amor la vieja excusa para volver a cruzar la cara a los monjes de piedra y los gusanos de pie. Sé acabar los deberes a tiempo, y me siento orgulloso -e iracundo- por ello y por muchas tonterías más, que aquí no pienso destacar con lápiz rojo o subrayado o cursiva o negrita o mayúscula. Craso error.


martes, 4 de agosto de 2009

EL OFICIO DEL DOLOR

Éste es el oficio del dolor


domingo, 2 de agosto de 2009

CONTRADICCIÓN


Contradicción: párpado rodeado de mil ojos, con una estaca de madera clavada en la pupila, porque así se curan muchas enfermedades venéreas, poesía, pintura... Las demás enfermedades sólo pueden extraerse con sumo cuidado de alguna espina dorsal mal apagada -quizá no sea necesario apagarla- por su tonelaje excesivo para esta época del año chino.


Garganta: expresión oscura e ininteligible, de poca relevancia ontológica, que ejerce un equilibrio de fuerzas entre el placer y el dolor, reflejo e imagen, equilibro que nadie ha conseguido destruir hasta el momento. A veces deriva también en explicación aullada, grito constante lejos de la voz -aunque cerca de la palabra.

jueves, 30 de julio de 2009

TEMOR



Fue mejor aquella vez, cuando la cosecha quedó derramada y afloraron los brotes más salvajes




martes, 28 de julio de 2009

REVISTA GROENLANDIA -NÚMERO 5

Ya está en la web de la Revista Groenlandia el número 5 de dicha revista, correpondiente a los meses de Agosto-Noviembre de 2009. Podréis encontrar tres poemas míos en la sección Visitantes, en concreto en las páginas 83, 84 y 85 [buscad en el índice Federico Ocaña].

Además, en la revista se pueden encontrar también ensayos, relatos, y poemas de otros colaboradores (Habitantes, como Ana Patricia Moya o Andrés Ramón Pérez Blanco, y Visitantes, como Álvaro Guijarro, o yo mismo). Todos los artículos, relatos y poemas son muy recomendables.

Este es el enlace al número 5 de esta revista cordobesa de "literatura, arte, y opinión en general", Groenlandia- La tierra verde de hielo:

http://www.revistagroenlandia.com/PDF/groenlandia_cinco.pdf

Espero que sea del agrado de los lectores.

lunes, 27 de julio de 2009

EN MI FIN ESTÁ MI PRINCIPIO

En mi fin está mi principio; todas las cosas escapan, visiones fugaces, los ventanales detrás de la carne que pide recoger su orgullo.

En mi fin está mi principio, los protocolos están abatidos en sus sillones de hotel de lujo malgastando la saliva que queda para pasar los billetes gastados y beber la ronda más fina que un guantelete puede imaginar.

En mi fin está mi principio. Mi principio está en mi fin, todos lo saben, me caí de un cuarto piso y no he vuelto a recuperarme; desde entonces no escribo en verso, sólo por diversión masticada con alicates y sangre en los dientes de un velocista arañado por sus brazos inmóviles que juegan al escondite en los animales desiertos de mirada confusa como un sauce llorón acostumbrado a ir de juerga con las putas de su familia, mira cómo bailan los peces en el río y un drama que no ha acabado en la cuarta escena es un fracaso total para el pubis del público, necesitado de algún lugar donde dejar escapar las palabras de agradecimiento para el autor del auto -de fe, sin mejoras de salario ni huesos rotos en la nuca.

¡Qué has hecho, qué has hecho! Estoy arrepentido de arrepentirme antes de haberme arrepentido, los animales me buscaban en un baño caliente, porque los pelos de Absalón no se soltaban y tuve que ir a ayudar al árbol a cargárselo; un último mensaje: los mensajes no son bien recibidos. Estoy por principio en contra de todos los manifiestos; sin embargo, en mi fin está mi principio, copia exacta del original encontrado en el palacio de Hagia Triada (uno de esos lugares llenos de ratas que la magia de un vómito destrozó la moral para atravesar la pared construida por la entrada un molusco mercader de troyanos), la pieza clave para acabar el ajedrez del newspaper, la herencia rota y ofuscada, encaprichada con unos tirabuzones de pega.

Ich habe kein Zeit, entschuldigen.

He dicho.

jueves, 23 de julio de 2009

YA OCURRIÓ ANTES

Tiempo de recordar las catástrofes naturales acatarradas por las cataratas en vuestros ombligos implicados con sí mismo, juraría que he visto y olido a un fantasma gigante como un océano sucio y frío, frío como el subsuelo donde un teléfono móvil se descuelga hasta la cama de su amada y vive para ver a sus tataranietos, que comen lechuga en botes de judías verdes que rezan en hebreo.

Descubierto el miedo, quedan las cosas peores- siempre las hay: un bote salvavidas con una bomba de relojería dentro, haciendo tic-tac y burlándose de los ingenuos que creían que volverían a ver a sus familias. Ya intuyo dónde está el problema: la esencia y la presencia no son la misma sustancia. Afortunadamente.

Para mí es mejor dejar el mazo junto a la puerta, así cuando revuelva el cajón de la ropa en busca de una pirámide, sabré cómo pronunciar las sílabas del escondite inglés; los ojos de buey que giran y tiritan manchados de carbono catorce. En el puerto los sitios hacen más pequeñas las costumbres y las hilanderas marchitan sus piernas con acero ardiente recién sacado de la licuadora de manzanas y cartas.

El amaestramiento de un gorrión de cabeza mal amueblada, con sillas por todas sus plumas vivientes en otoño. Giran los cometas: el grito se expande.

domingo, 19 de julio de 2009

EN MANOS DEL SONIDO

Las manoplas del sonido son como las babas del diablo, aunque parezcan inofensivas sus mordeduras son mortales, sobre todo si el herido es enigmático y surrealista, y su boca está abierta como si quisiera que le sacaran el pulmón derecho por la boca -así lo hacen los sacerdotes aztecas en las ceremonias oficiales dedicadas al culto pagano y místico dedicado al sol, o a cualquier otra divinidad de las que pueblan el mundo.

Con su cara de sonido poco molesto, sin saber muy bien por qué tararea una canción y no otra, recorre las estaciones en que no hay trenes útiles para desguazar cristales malolientes mientras la melodía de una opereta vienesa de principios del siglo pasado invita a bailar el vals que nace en la cítara.

Los diamantes pulidos imponen su dureza impecable, y dejan que los contemplemos con ojos de gato encaramado a la copa de un árbol. Sin más, el gato se lanza a nuestro cuello, y sus garras arrastran la piel y las venas hacia abajo, para que entendamos por fin la tierra, el suelo firme del que intentamos huir constantemente.

También nos muerde, porque sabe nuestros crímenes más horribles, y no los puede devolver sino con sus dientes despiertos.

Por eso, yo hago de mi vida un collar de diamantes de dureza falsa, y recojo los gatos de los árboles, y me arrastro por las estaciones del tren, y sueño encima de los cristales las babas del caracol que avanza por el sonido, y me pongo las manoplas para no sentir calor en los bailes de principios de siglo, y me hiero, y sangro.

viernes, 17 de julio de 2009

VIRTUDES QUE NO DEBEN SER EXPUESTAS

Se da la casualidad de la causalidad y un nuevo orden de los valores nos nubla la vista en cúmulos cargados de lluvia que no quiere caer fría y pálida, rayo de luna sobre nuestros hormigueros de pintura negra adornada de placeres grises: productos, y más productos, la escala del capitalismo es tan mala o peor que la escala judeo-cristiana. Un disparo y huida por el arcén -recuerde el sol que une el chocolate con la llama, el agua vertida sobre los pies sucios de los niños bañados en sangre.
Es verdad: no aguanto las verdades, las divertidas y baratas verdades de la religión, la política y la economía (aunque las tres cosas vienen a ser un mismo caos originario, donde las instituciones son sólo porquerizas, establos donde van a jugar los perros de aquél). Mira para otro lado. Las (in)fusiones frías de besos limpios son simples como los asesinatos por canción estereotipada -en el doble sentido de las palabras.

O quizá se trate sólo de un conflicto emocional entre un padre y su hijo transformado en escarabajo en peligro de extinción en campos de exterminio repletos de poetas surrealistas. Así no se puede, hombre, así no se puede -ni trabajar, ni respirar, ni ir de paseo por el bosque de los sueños, ni matar dos Loplop de un tiro.

Problemas, problemas, problemas. Problemas de estómago; la culpa la tiene el sándwich, lo sabía.

martes, 14 de julio de 2009

DE UN HERMANO- PROVERBIOS MODERNOS

En recuerdo de Éluard y Péret

Mientras te cambias de piel para trabajar en una calle sin calefacción y los papeles confidencialmente secretos se cristalizan un segundo antes de partir en dos el correo de ayer.

El hambre de un yate colorado sé tu nombre.

Silbidos profundos de gargantas pequeñas, la malversación de fondos submarinos está en boca de los friegaplatos de aquí a la mina de plata descubierta por un viejo a punto de morir por su familia.

La radio es un invento incestuoso como un esqueje de cereza en cereza los pasos tras los pasos.

Quizá los elefantes muerdan sus colmenas unificadas bajo la bandera del fin de los tiempos.

Otras jubilaciones, nuevos retos. Directos hacia el gusano del heno.

El bonito recuerdo de un calzado incómodo para huir de atracos masivos.

lunes, 13 de julio de 2009

FUTURO DE LOS CLAVELES- FRUTO DE LA ENDOGAMIA

Un ángel despierto por las cavidades bucales que enjuaga los claveles asfixiados en copas de cristal llenas de vino blanco, los mundos conservados unidos. Los delantales húmedos por el sudor de las colonias que embriagan los ojos de las imágenes terroristas de gruta escondida frugal por los abrazos de las cartas marcadas en una esquina de una habitación llena de espuma blanca de ceniza.

Otro día los guisantes las repeticiones que infunden valor de grandes monumentos en los vagones que se retuercen y se retuercen inmediatamente después, los palos. La tensión acarpetada se diluye en las pupilas de un pájaro carpintero arrancado de su nido por un pequeño energúmeno. Un trozo de tarta.

Me estaba quedando en el banco, totalmente dormido y también el sol pega bofetones las aguas se separan. Los pies son más eróticos que neuróticos, ejemplo de la crueldad de las marionetas que comimos el otro día en un porche recién barnizado. Nos fuimos a los filetes para que no pasara el tranvía en los orificios venosos del estómago recalcitrante y conservador de especies animales desconocidas porque el iluso creía que los números se restaban boca abajo. Con la cara pegada a un bote de barco de tristes sinfonías y julio definitivamente probetas de los consejos.

domingo, 12 de julio de 2009

[RE] VOLVER A LOS ÁMBITOS DEL SUEÑO

Hay que volver a los ámbitos del sueño, donde las puertas son costumbres abandonadas a su suerte la ruleta gira a trescientos kilómetros por hora mientras un pollo de trescientos gramos de peso se enorgullece de ser el único superviviente de un campo de concentración donde las alacenas llueven abanicos en flor en todos los sexos de las urracas ladronas. Mañana celebran la boda a las nueve de la noche, cuando murió nuestro hermano y profeta en grandes tapas de tulipán coloreadas por niños hambrientos como puños cerrados, la payasada más grande del siglo y yo sentado sin hacer nada por ayudar a los alimentados que pasan delante de mi puerta con un racimo de leche en sus orejas correteando por el monte de invierno a verano y luego huyen las terrazas en jarras chinas y chinas en jarras limpian un museo ampliado recientemente en el suburbano de los manteles sucios como espinas.

Recuerda que la refriega empieza a la hora convenida con los sindicatos, que recibirán su parte del pastel a su debido tiempo para que la intranquilidad sea sólo pasajera. Un equipo trabaja intensamente hasta bien entrada la madrugada sin éxito por la recuperación de un ave millonaria que se identifica por los puntos de sutura en su bocaza de miel y parches de hojaldre la verdad no sé qué decir cuando el frigorífico acicala la mano del chimpancé sin dinero negro la tramoya se hunde farándula del gorgojo mientras dure la función de blues la sinceridad se agota por momentos en la venta ambulante de las callejuelas donde la venta de droga está permitida desde antes de que naciera el "Rey Sol".

Pataleta tercera (en vísperas de un visto bueno ministerial y misterioso como un buzo en la capa de ozono): los asesinatos no se cometen por dinero, sino por almas descarriadas que intentan hallar los orígenes de la orogénesis; me encantan las esdrújulas subidas de tono.

Dado de acero, dado de acero... que mañana ayunaremos.

lunes, 29 de junio de 2009

CONVERSACIÓN CON TZARA

Tzara mencionó algo sobre los dulces de azúcar y requesón untados de chocolate. No lo oí bien; claro que siempre quedan restos de sangre en la comisura de los dinosaurios si uno se fija en la postura que tienen al acostarse por la gracia de algún dios misterioso sin voz ni rostro, como unos prismáticos. Tenía los ojos pintados y sabía que algún día sería verano, pero nunca sospeché del alzacuellos que usó la emperatriz rusa para acercarse a sus hijos desvestidos por la noche, cuando el mago hace conjuros con perejil y estela blanca de aluminio.

La mosca busca hogar, también los pigmeos, todo el mundo busca un techo en este círculo vicioso que se enreda y se corrompe con mis silbidos desde la persiana que baja. Los insectos buscan un suelo para sus hijos en mis venas, porque las conocen, y recuerdan su sabor frío y cremoso, amargo como la daga de un vagabundo en sánscrito que aparece por la espalda de la estatua védica.

Han fallado los tiros, la condena se devuelve a golpes, y no hay jaula que vibre la víscera de las visiones con música a todas horas en las neveras y en tus zapatos.
Es verdad, los tiros han fallado, han caído a tierra con el peso del pecado colgando y sangrando en sus oídos, y han pedido el último disparo, una tormenta eléctrica en sus alfombras, un baño de agua caliente con anacondas.

Un nuevo museo de la especie: una raza de elefantes enanos, con la tierra en sus cabezas como árabes cautivos en palacios de cera, mientras el emperador canta el incendio y la gente huye de aquí al océano en barcas de mimbre para que la hija mayor se prostituya y perviva el honor, aunque guardado para mejor ocasión en la maleta.

No frotes las mangas de la camisa manchada de polvo en el naufragio desde el cráneo hasta el esperma, sin las pruebas necesarias no se olvida, ni se quiere saber nada de un refugio que calme la tempestad y nuble el tacto, que busca sin cesar el interruptor para encender la lámpara y comprobar el desorden de los brazos que se arañan.

Guantes de seda, sobre el sol no hay nada.

viernes, 26 de junio de 2009

CEGUERA

No


es el juego del azar


Tu nombre

la arena junto al océano que mueve los silbidos del aire entre las rocas


aristocracia


un hilo de sangre




Fuegos artificiales sobre el descampado del mundo


Lágrimas y tránsito: lunar en los ojos, que escucha los globos oculares en su escondite


sonrisa de oscuridad entre las hojas del libro descosido


a balazos

la niña se acuesta bajo un manto de cenizas

y espera

que vuelva el invierno con su guante centelleante
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miércoles, 17 de junio de 2009

EDAD SOL

En el nido de las víboras se ha detectado un brote de miseria tribal que hace que se disparen las escopetas de caza en la cara del futuro. Kilos y kilos de gasa derramados como maná por los pelos de una joven suicida. Es la hora del baño, los obesos del mundo se ponen en corro y ahuyentan a una manada de avestruces que daña con sus pies los campos de vides y olivos en los que solía trabajar. El sol quema las bufandas colgadas con odio de lo alto del árbol del ahorcado -una higuera.
Sal en la comida. Balanzas sentimentales, no os queda mucho tiempo de engaño: mañana me negaréis tres veces para enfriar el conflicto y encerrarlo en una pompa de jabón, antes de que se derrita golpeada. Entonces no hay verdad. Huir es la única solución. Es de día en los ojos de un pez disecado. Ruge el deseo, llama a la seguridad del "nunca es tarde". Lamentablemente, esto no es una pipa. Para trabajar es necesario y forzoso que un hombre muera por una gaviota, aunque haya falsificado su pasaporte y haya cruzado la frontera sin permiso, y tenga en el estómago una granada, y vuele más alto que las torres de las multinacionales del tango.
Se acabó la fiesta, empieza la comedia. Los graciosos a sus puestos. Los trajes limpios como una patena sin el espíritu santo cagando encima en forma de pan que no alimenta y vino que no emborracha. El telón: ese verdugo infame que detiene el espectáculo y fuerza al asesinato en el momento de máxima tensión erótica de la ópera. Los focos despiertan de su letargo, una tumba se abre bajo la luna, y el clavo se adapta a las venas, y las puertas se cierran. Una voz a lo lejos, una prisión, el árbol en el centro, abajo dos hombres desaseados discuten.
¿Por qué estás aquí? Política y afición personal al vudú en otoño por si las aves emigran al sur o al norte mientras descanso en esta multitudinaria festividad religiosa que pide algo a alguien que no controla mentalmente los movimientos de la llama cuando arde. Pon un cazo de agua hirviendo y sacúdelo sobre un cuadrilátero lleno de sudor. Vierte el agua en la sandía, esconde la mano, recoge la savia, hurga en los bosques, introduce la mano, y llora para hacer público tu placer en el cobertizo recién pintado con óleos y pasteles sobre lienzo antitranspirable que oye cómo palpita el corazón de la imagen del segundo plano a la izquierda.

lunes, 15 de junio de 2009

UN EJEMPLO DE HIPNOSIS

Falla el mecanismo de combustión de una choza mal aseada con recuerdos de todos los colores pertenecientes en un tiempo no muy remoto a algún bisabuelo acalorado. Soy estirpe de mi raza y juego de palabras de la arena en mi cerebro maltratado por el gasto masivo en escopetas de pesca.
Ver herraduras en el escenario del Teatro Real sobrevolando las cabezas de los señores profesores durante una ópera del siglo pasado no parece síntoma de frialdad asesina calculada por ingenieros técnicos especialistas en aviación militar. Parada del ejército en un relevo de postas y con la gracia natural de la repetición de un motivo B al azar en la sonata clásica. El mantel de cuadros rojos y verdes extendido sobre la hierba con raíces endurecidas tras un invierno particularmente asalariado. ¿En qué suburbio creciste? La verdad es la vergüenza. La alegría de una tirada de dados favorable gracias al viento de poniente cuarenta nudos a la rotonda y ocho brazas de oso cocinado sin fuego potable.

Oscurece la hipotésis inicial; el alfabeto cirílico no estaba preocupado por la salud contextual de los cuentos chinos que se calculan con el zapato prestado por el sastre enfurecido con la educación sentimental de sus vástagos, que lucen como tiritas al agua patos encerados encerrados el libro y las páginas, la hucha decapitada. Mi revista de papel reciclado, fogatas escondidas en labios cortados como las orejas de un bipolar desarticulado. Un pomo descafeinado posee cualidades mágicas a partir de la huella dactilar en vilo.

Vive, vive, vuela, espada entrevista en la cortina que se abre y cierra un pulpo engominado con pistacho turco.

domingo, 14 de junio de 2009

SELVA ESPIRITUAL

Caen granadas desde cinco mil metros de altura, las casas quedan sepultadas, los palacios pierden sus lámparas de cristal y los coches se paran misteriosamente cuando llevan sólo tres kilómetros recorridos.
Nadie se levanta para ayudar a los demás, todo es rendición y condena. Las orejas de los perros los delatan; se comieron la grasa de la sartén y ahora sufren de malaria y sida en estado avanzado.
Es una trampa mortal y un salto mortal, una trampa para esquizoides y androides, para esquimales esclerófilos que lamen la máquina de torturas antes de aplicarla sobre la cabeza de un búho común. La hija de la Reina de la Noche ya balbucea, y sus primeras palabras han sido:

"Trauma desacelerado como las alas de un halcón huesudo. Quiero ir al norte, para que las estrellas luzcan con fuerza y se choquen con un hilo de tela de araña. Mírame a los ojos y dime qué ves: un cesto con frutas salpicadas de pergamino líquido aplicable sobre superficies calientes que se ingiere por vía oral. Lo sabía, los pies de las estatuas saben a terrón de azúcar y las golondrinas planean el atraco a un banco abandonado en un pueblo fantasma. Trauma desacelerado como las garras de una sandía enferma; incluso hay quien extiende el rumor de que el hechizo durará más allá del día de su muerte, porque las señales rústicas en el alféizar dejan claro un cambio de ritmo en el ciclo lunar. En los ojos de la vanguardia de guerra se huele el aliento de las ardillas que vociferan con ácido sulfúrico entre los dientes. Allí, aunque las muestras de sangre son correctas, no queda esperanza para los inocentes en el juego de nunca acabar con un vestido de rayas granates y azufre para el espíritu de los bosques. Mi barco de día levita para que no le encuentren con la mujer de otro.
Entre los dos grupos de dogos, prefiero el que parpadea con la fiebre del oro y la plata del moro. Organización delictiva precisa de instrumento musical salvaje como una espina en el zapato que se preste a ser condenado a muerte ante un jurado popular en una mesa de vidrio con una botella de quitapenas."
Y así fue como partí en dos el mundo de las hormigas y me convertí en lo que no soy para desgracia del fuego eterno en que me consumiré si alguna ocarina no viene a rescatarme antes de tiempo, porque la hora ha llegado y el pan se ha acabado y los zapatos se han roto, y el agua se ha estancado, y los revólveres se han disparado, y las escobas han desaparecido, y los urogallos se han extinguido -de una vez por todas. Soy feliz, después de comer una tortilla con alcachofas y termitas avícolas de nitrógeno descompuesto o deconstruido en ruinas de azafrán y por supuesto las muelas y las abuelas.

sábado, 13 de junio de 2009

LOS VUELOS PERDIDOS

A Álvaro Guijarro

Lo intentamos todo sin escrúpulos de poeta ni guía, porque el sol deslumbra como una columna de mármol en un suelo de matorrales secos; abrimos el grifo y un nudo marrón nos abriga el cuello: los sueños más profundos se tienen a mediodía.

Salimos de la arena, como felinos que le temen a las olas de la agonía, y nos damos cuenta del error:

las heridas de la visión no cicatrizan nunca.

Y ahora, con la boca abierta de una serpiente a punto de comerse una máquina de escribir, lo dejamos todo al aire, lo despedimos cabizbajos y ocupamos el atardecer de todos los silencios rotos, de todos los vuelos perdidos.

Las hojas en blanco nos rodean y nos van cortando -el vacío de lo que no tiene pulso- y alcanzan el corazón y llega un momento en que hay que confundir palabras con gestos, y respirar futuro, y descansar del tiempo.

Así llega el sudor frío hasta mis manos, y yo me baño en él como en un aguacero de sombras, y me dejo caer en la noche enmascarada de tus versos.


viernes, 12 de junio de 2009

LA CAZA

Detrás de cada fuente vacía, o de cada labio seco, se esconde un animal acobardado por el ruido. La hoja de papel que atraviesa mis pulmones todos los días al despertar y beber la saliva acumulada en vasos de plástico.

La risa prende, y quema todos los árboles, y arrastra todas las mareas, aunque luego cae por las cataratas secas, y su mandíbula choca contra las rocas afiladas, y se desangra como un niño en un castillo de arena.

Cae por las cataratas y no se le ocurre pensar en nada, ni siquiera se decide a recordar como en diapositivas las imágenes más vivas de su memoria. Nada. El sudor frío en su frente, las manos totalmente en calma, sin intentar buscar donde agarrarse. Todo es inútil.

Dentro de la botella el invierno es más cálido, y las sábanas ensucian la piel delicada de las piernas, que se mueven, rozándose, intentando evitar la humedad caliente que las envuelve.
Es un calor pegajoso, como el cuerpo que acaba de correr veinte kilómetros bajo el sol de una ciudad contaminada.

Las huellas de esa humedad se sienten también en sus mejillas, que palpitan como queriendo sonreirle a la muerte, antes de beber el veneno que le tenga preparado; un espejo se rompe, frágil y asustado, en las manos del alfarero, que se peina para ir a misa y ve cómo una ondina se acerca con un vestido rojo y le tortura con los ojos encendidos, bella como un andén vacío y una ventana abierta.

El humo y el vapor lo tapan todo; las heridas, el miedo, la condena, la pausa... El tiempo está en búsqueda y captura, pero no hay recompensa para quien lo encuentre. En el epitafio de ramas cortadas y venas abiertas, un candelabro sostiene la nota que debió haber sido entregada en alguna sala de espera de hospital infantil.


Aunque el hielo no naufrague en tus párpados,

confía en el silencio.

jueves, 11 de junio de 2009

TODA LA NOCHE EN SILENCIO

Las fuentes del calor y el silencio son las mismas: la gravedad, golpeando cada vez más fuertemente los ojos de un pantera despreocupada. Las garras juegan en el aire a romper hilos de marionetas salvajes, que resuellan con ruidos muy extraños, como si un caballo atravesara las fronteras del sueño y galopara en el tejado de una catedral gótica.

Recuerdo que esta mañana me levanté y tenía los ojos rojos por el trabajo realizado de madrugada; toda la noche en silencio, esperando que la gota de miel que me surcaba la cara llegara por fin a los labios. Pero también hay crueldad en el misterio, y no hace falta despertar para saber que todo es quimérico, una vez más un engaño del inconsciente, que utiliza mi voz y mi cuerpo para su oscura voluntad de triunfo.

Es más tarde de lo habitual; me revuelvo en la cama y busco una espalda dibujada en la pared con las sombras de la pintura blanca, y los párpados se me van acostumbrando a la sombra, dejan que ésta penetre hasta el nervio, y, una vez allí, le dan el nombre de experiencia mística, o de escombro, y a mí sólo me queda tirarme por las escaleras para comprobar qué es el pánico en el sentido festivo.

Pánico: una rueda, un collar de perlas que atraviesa una mariposa de colores mientras la nube rosa cambia de posición y agrupa las lágrimas en lanzas de espuma, que se revuelven en la seda.
Un espejo escondido en un bosque donde sólo crecen raíces, y la hojarasca es comestible y sabe a sal y a cera.

He escrito que el día era una manada de lobos en tus brazos y me he acostado para esperarla, y antes de apoyar la cabeza en la almohada una mirada inocente y abierta se me ha clavado en el cuello como el colmillo que asfixia a la presa mientras la arrastra por entre los matorrales secos.

miércoles, 10 de junio de 2009

NO HAY TIEMPO, NI FRÍO, NI AUSENCIA

No hay tiempo, ni frío, ni ausencia, si alguien lo dudó algun día fue un ingenuo que no supo soportar la realidad que ya anunciaba el nacimiento y que se descubre poco a poco con el habla, los primeros pasos, y el amor.

Un día agarraré mis cosas y me iré, os dejaré tirados en una cuneta como perros salvajes que hubieran atacado a sus dueños, y me iré lejos, donde no podáis encontrarme, y luego haré que el frío no exista, para poder dormir en playas de sal y rocas que huelan a flor, a abundancia, a sudor.
En estas playas no habrá olas, porque con las olas pueden llegar barcos, y los barcos no van nunca vacíos; siempre conservan, como mínimo, el rastro húmedo del último suicida, o la ropa ajada del que nunca vio la costa, o incluso el cadáver amarillento y picoteado por las gaviotas de algún enfermo que no pudo evitar ser alejado de su puerto.

Sobre mi espalda llevo el peso de la visión, la visión más cálida de un hábito repetido en un pelo alborotado. Pero no hay nunca ningún descanso, y cada vez más me tapa la ceguera, que se confunde casi con la visión misma, y tropiezo y sangro y tengo que descansar antes de huir.
Y es así, no estando en ningún lugar, como estaré en todos, porque no existe la ausencia, si las manos no se cansan de escribir, y aquí, cerca de la ventana, siento cómo el aire pasa por debajo de mí, por los lados, me entra en la camisa y la rellena, y es imposible el cansancio, como imposible es también la ausencia.

No me acuerdo de ti, ni de nadie, porque este viento de verano que cierra las puertas, en realidad las abre, y las abre tanto que deja escapar el recuerdo, y elimina la identidad que éste esconde.
El tiempo parece resistirse a continuar, las agujas del reloj saltan al exterior, y se hunden en la piel, para fundirse con la carne, y dejar de existir fuera, como una imposición constante, para empezar a sentirse ojos, boca y despertar; amanecer delante de una puerta que chirría, en una casa vacía, con los brazos amoratados por los golpes de los gatos en la noche en que los primogénitos salen a desvestir a sus mujeres, que descansan en lo más alto de un edificio en llamas.

martes, 9 de junio de 2009

AUNQUE EL FINAL SEA AMARGO

Aunque el final sea amargo no sé qué pedís para empezar si no es un terremoto en vuestro estómago, antes de que sea tarde, porque todo cambia aceleradamente y no queda otra alternativa que tomar el camino más limpio, el de la furia, o el de la venganza hacia uno mismo en lo alto del colchón un pájaro respira aliviado cargando las tumbas en sus hombros y los cuchillos afilados como una vuelta al lugar desconocido, al santo lugar deshabitado donde sólo habitan fantasmas que se entremezclan con los flujos sanguíneos y en pleno acto sexual el minotauro.

Aunque el final sea amargo en un ramo de flores secas y la garganta dispuesta al abandono entre su pierna y la búsqueda, los brazos caídos como casi todos los frisos de mármol de los templos asediados por el sol. El viento recrea en su muñeca la lejanía del augurio que hace temblar y golpea la memoria. Como un bache de fuego, que impide el paso a una turba de deseos que se atropellan, que dejan caer sobre el agua estancada en tus vísceras un juguete de plástico que se quema, arrullado por el vencejo y el halcón sobre sus garras de vino y fábula teatral.

La comedia no ha acabado, el último planeta rueda por los cuartos de la mansión donde alguna vez vivió mi familia antes de que los caballo llegaran a por los niños. No hace falta subir a un camión sin ruedas, no hay que partir en dos la noche de todas las grietas, no hay que ajustar cuentas con el futuro. La comedia no ha acabado, es hora de irse. El gozo de batear una ilusión marchita, aún aumenta otro poco para que nada se pierda, para que todo retorne, y se repita hasta el infinito, para que las sábanas, que poco a poco se enfrían, pierdan el color amarillento de los perros rabiosos y hambrientos que han construido un acantilado en mi labio inferior.

Según avanza la quietud, el miedo se expande, y lamentarás no haber nacido en un clima más cálido, que ayude a soportar la visión constante, en las paredes y muros, de una mirada más profunda que las raíces de un baobab milenario en los desiertos donde no nace nada sin helechos reproduciéndose en las palmas de las manos.

lunes, 8 de junio de 2009

FRUSTRACIÓN NECESARIA

Arrancarse las orejas en el parto, y vomitar un recital de poesía milimétrica, calculada hasta el límite de lo absurdo, para que germine una raza de focas en el interior del útero mientras una báscula marca el tope, la puerta cerrada que nadie puede traspasar con una sílaba.

Desgaste, desgaste, desgaste... Las pruebas de voluntad son siempre enemigas de uñas afiladas como barrotes de cárceles en pueblos fantasma donde ocurre todos los días el mismo milagro: un duende que repite las ilustraciones, un renglón aparte en la historia del brazo que se agita en formol o cabalga después de comer sin temor a la indigestión senil. La comida se agolpa en la cabeza del teniente más bajo de estatura y peso ontológico y nace el hipo: una corriente eléctrica que palpita al ritmo de una batería baja en calorías o ciega de despecho amoroso, por culpa de un sacerdote, por culpa de un perro caniche, por culpa de un movimiento mal calculado de Tritón alrededor de los anillos interiores de Júpiter, el dios de la alegría, definida normalmente como la palma de la mano abierta para que salgan todas las hormigas del planeta.

Sueño un traje de bombero y un hacha gastada por los bordes, una cuchilla escrita en tu cuello mientras rebuznas una última vez sobre tu patria, tu monotonía angelical, y esas cosas que no sé pronunciar porque sólo tienen un idioma y está perdido en una selva entre tu pecho y la cuarta vértebra, contando de derecha a izquierda.

Las firmas recogidas en el capítulo aparte no son ilusiones del buque en marcha, sólo un kilogramo de esperanza puede salvar el patético tiro a doscientos metros de distancia que acciona una palanca que acciona un mecanismo de defensa que engendra un bicéfalo que se lame las heridas que se satisfacen con el lamido y gimen de placer como una película pornográfica que repite siempre el mismo acorde histriónico. O quizá como un parque abierto de noche, cuando los robos son actos de valentía estacionaria que se camufla bajo las faldas de mamá porque hace viento, y el dios del viento raptará a la ninga del lago que burbujea desde su roca submarina. Ahí está, con sus trenzas de algas y su boca de petróleo que se abre en dos sin llegar a rozar el círculo vicioso de una mesa que se arrima a una silla, una silla que se aparta de una mesa.

Tración, olvido, lujo, azar. Las palmeras deben estar ahora más brillantes que nunca, imitando el brillo de tus ojos, C., cuando te ríes en un tren que se pone en marcha con cuatro horas de retraso para que el mundo gire debajo, y un niño estruje los lunares de la cara contra el cristal del baño de señoras minusválidas. Morirá, seguramente entre los raíles del ataúd que ironiza acerca de una cosecha de hielo que ha pasado a un nivel superior, entendiéndolo tal y como el pastelero le hizo saber a la cocinera entre orgasmo y orgasmo de las langostas ocupadas en las cabinas telefónicas de un suburbio escondido bajo un monte de espuma artificial con motivo de un centenario porque alguien murió hace mucho y nosotros estamos contentos, estamos tristes, estamos sentados, estamos en vilo.

jueves, 21 de mayo de 2009

Poema [sin título]

Aunque arañes las máscaras crueles del carnaval,
aunque no tengas sed resbalándote entre las manos,
aunque no guardes ningún mineral de valor en el hígado,
aunque no estés cubierto de arena ni tengas la piel agrietada
como un reptil que trafica con venas y planetas,
no te confundas: sueñas también
con líneas verticales que se disuelven sin romperse la clavícula por dentro.

Es la mentira: la retina tiene pecas
sin brillo, y cada mes se abre más triste,
en ventanas abiertas como piernas esclavas.

viernes, 1 de mayo de 2009

ANTES DE AMANECER HAY QUE SOÑAR (poema)


Antes de amanecer hay que soñar




Antes de amanecer hay que soñar,
y descubrir bajo las sábanas un preso inquietante con muletas,
un ojo de buey que gira en diagonal y se pierde tras la última calle,
mientras dos loqueros pasean cogidos del brazo
cargando un bolso lleno de reliquias familiares como gárgaras
o lóbulos de oreja.


Mientras, dos niños corren agitándose como un batido de fresa y plátano
después de observar detenidamente el cadáver exquisito de una paloma de la paz
atropellada en mitad de la calle por una ambulancia
que hacía su ronda habitual de casa a la oficina con un sándwich entre ceja y ceja



Federico Ocaña Guzmán

lunes, 6 de abril de 2009

Cambio de planes RESUMEN DE LEYES PARA UN ESTADO DADÁ

Cambio de planes: PROPUESTA DE NUEVAS LEYES DADAÍSTAS PARA EL ESTADO PLATÓNICO-CAPITALISTA EN QUE VIVIMOS -DESGRACIADAMENTE- DESDE HACE MILENIOS

LEY 1: Los niños no serán llevados bajo ningún concepto ni a la guardería ni al colegio.

LEY 2: La población llevará carteles con sus datos personales, desde el historial médico hasta informes psicológicos, pasando por el curriculum vitae y el libro de familia.

LEY 3: Cada persona hablará en un idioma, para facilitar la incomprensión.

LEY 4: Quedan prohibidas las palizas a los poetas y los locos; en todo caso, serán los locos y los profetas los que darán palizas.

LEY 5: Las compañías petrolíferas desaparecerán; los pozos tampoco quedarán en manos de los países, ni en las de particulares. Los pozos de petróleo serán quemados.

LEY 6: Conversión al Islam de todos los niños menores de cinco años, y educación extremista religiosa durante diez años.

LEY 7: Las anteriores leyes son nulas.

LEY 8: La ley 8 también es nula.

LEY 9 [Anexo a las leyes 7 y 8]: La comida oficial es la ensalada de tomate y lechuga. La bebida oficial es la tila.

9.1. No quedará piedra sobre piedra
9.2. No existe el trabajo
9.3. Las páginas son de papel reciclado
9.4. La ONU se echa abajo y en su lugar se construirán bloques de pisos, que ocuparán familias de gitanos zíngaros (húngaros)
9.5. Quedan prohibidas todas las iglesias y sinagogas


LEY DADÁ ES RETROACTIVO COMO UNA MAGDALENA EN LOS LABIOS DE UN ESCRITOR SODOMITA (M.Proust) Y LOS HOLGAZANES HOLANDESES SERÁN EXTERMINADOS COMO LOS ALEMANES EN NUREMBERG DESPUÉS DE QUE ELLOS, A SU VEZ, EXTERMINARAN A LOS JUIFS DANS AUSWITCH, WHERE NOBODY KNEW THE FUTURE, FÜNFZEHNTE TAG IN MONATE DES ZEIT o ¿por qué iba yo a aceptar una ley que no sólo no es dadá sino que incumple toda ley dadá aunque reptiles que fragantes lucen butifarras y hormigas quiero ser funcionario de prisiones y volar un robo guisante o elefantes de huidas kioscos lóbulos de minas anti-persona once simplones sentados en torno a veinte xilófonos zapateados?

SI LAS CORBATAS FUERAN AZULES
¿QUIÉN SE LAS COMERÍA?

en recuerdo de la letra cursiva, que falleció... ¡y cómo!

sábado, 4 de abril de 2009

Poema -Temor ante lo insospechado en unas vacaciones sin virilidad, sin garrafas de oxígeno, y rellenas de basura espacial reciente como una herida

NO SÉ CONTAR PALABRAS

Manifiesto abierto a la inmoralidad y las violaciones



ciudades vacías

risas entrecortadas

madres sin hijos

gatos durmiendo en todos los rincones de mis oídos

casas robadas por el fuego que lo va tomando todo

hasta que sólo quede el recuerdo

de una explosión


risas vacilantes

que no saben descifrar el miedo

que no pueden huir del inquietante juego de no mirar hacia delante

que sólo han aprendido a matar porque sí

porque tienen frío

porque me conocen lo suficiente



mañana cálida en un salón lleno de espinas

dos cuellos rotos que se enredan

dos hilos de cobre que sostienen a duras penas los nombres

mientras de la ducha cae una fina lluvia

de gas mostaza

viernes, 27 de marzo de 2009

Gafas blancas

Condenan a muerte a un argonauta

por robar unas gafas.


Los corazones de los ídolos están hechos de ecos de guitarras.


Las mantas blancas en los campos rojos

me recuerdan las lámparas que se mueven

con la agitación de las bocanadas de aire contaminado.

martes, 17 de marzo de 2009

Algoritmo de Ubú

Dicen que perdemos clase: hay huelga.

¿Huelga de hambre?

No, no. Demasiado pelo largo. Demasiada perilla mal recortada.

Las colinas del Somme sirvieron como batalla en la Primera Guerra Mundial.

Madrid es una ciudad de más de cuatro millones de contribuyentes, según las últimas estadísticas.

¡Cuernoempanza!, ¡saquemos a la calle el caballo de Phinanzas e introduzcamos palitroque en las onejas previa torsión de nariz!


... Y, después de todo, ¿quién se va a dar por enterado?

viernes, 13 de marzo de 2009

CURIOSIDADES

Realmente es curioso, ¿verdad?, ver cómo todo lo que hacíamos se nos vuelve de repente en contra, como si las páginas de un libro que despreciamos nos engulleran y evitaran el contacto con lo que nos rodea: el viernes por la tarde, un paseo por cualquier parque más o menos libre de cascotes, la contemplación de un general asfixiado por un jilguero, la sensualidad de las teclas mientras escribo, la sensación furtiva pero inquietante de que puedo ser portador del VIH, etc.

Es curioso ver cómo la prensa y la opinión pública no se preocupan -o, mejor dicho, confunden el punto de atención- de casos como el de el joven que acaba de asesinar en Alemania a varios alumnos de su ex-centro.

Ya reflexioné sobre Pekka Erik Auvinen en un artículo para la revista "La caja de música", revista del Conservatorio Joaquín Turina, y lo vuelvo a repetir: en ambos sucesos [el de Auvinen y el de este estudiante alemán] hay una historia antes y una historia después de los crímenes (aunque me resisto a llamarlos así).

Y el principal problema es que los juicios que se emiten desde la opinión pública, prensa, etc. sólo se ocupan de la historia a posteriori. A mi entender, estos juicios son, por tanto, inválidos, y carecen de todo sentido.

Se me puede acusar de miles de cosas, pero hay algo claro: no estoy dispuesto a aceptar que se reconozca que los dos muchachos fueron acosados -con burlas y desprecio- y, acto seguido, se concluya que son criminales.

Yo más bien los veo como ejecutores, es decir, como auténticos restauradores de la pax, que devuelven golpe por golpe cuando nadie [las instituciones, la sociedad, o quien sea] se ha atrevido a hacerlo -quizá porque todos parecen estar del lado de los acosadores.

La historia antes de los asesinatos es la siguiente: un niño es acosado, se burlan de él; traga con todo eso, lo sobrelleva de la mejor manera posible [incluso se dice de él que era muy amable con sus compañeros]... Ahora bien: en un momento de tensión, lleva a cabo sus amenazas. Aprovecha que su padre tiene una armería (y conste que esto es secundario, porque un asesinato lo puede cometer cualquiera con cualquier arma), y acribilla a varias personas de su antiguo colegio. Entonces, ya es el mayor enemigo público; de repente, con un sólo acto -que no difiere tanto del acoso, si tenemos en cuenta que este acoso le ha conducido también al suicidio- se pone en contra de la moral de la sociedad.

¿Por qué?

Creo tener una respuesta, a la que ya he apuntado antes: quizá el acoso -incluso después de muerto- no vino sólo desde su escuela, también, y sobre todo, desde la sociedad, que calló ante su sufrimiento no por desconocimiento, sino por cobardía, ignorancia, y complicidad.




martes, 3 de marzo de 2009

DADÁ HONRA A SUS MUERTOS

Va en contra de Dadá acordarse del pasado. No hay más DADÁ que DADÁ. Man Ray vive en nuestros corazones y todo el rollo de película rodando por el suelo las espuelas. Para Dadá no hay para-dadá, ni pseudo-dadá; el señor Antipirina es sólo uno, puesto que si tuviera partes ya no sería uno, y si estuviera en el tiempo tampoco. Por eso ni Parménides ni Meliso de Samos ni Zenón son DADÁ- Manifiesto 2, capítulo 4, versículos 56 al 98 en el libro de "Proverbios": "Eloí es mi señor, nada me falta salvo una rama de olivo en la boca para atragantarme en ancas de rana ambivalentes y luminosas iluminadas2" "Padre, padre, ¿por qué me has abandonado?" Perdónalos, porque no saben que sólo hay DADÁ en el Universo, que no hay universos paralelos más que en Dadá y que la terapiología cienciologística es un truco del pueblo del opio y del opio del pueblo de por ahí perdido en una montaña en un valle inclinado con cubatas de piel de bebé Por el mundo se oye una canción: el himno de Dadá suena y Tzara me saluda desde el lago de los cisnes donde los muertos juegan al billar a escondidas para que las cucarachas no pisen los oasis convencidos de su debilidad psicológica, al menos no mientras en las dictaduras más salvajes encontremos rastros de dinosaurios tonales dentro de toneles negro como el tizón. (Aparte: un tifón le dijo a un marinero que la copa no contenía vino, sino esencia de champú sodomizado. Y, aún así, en los parques sigue soñando Alicia junto a la pared tapiada donde el conejo avanza en su tragaperras golpista)

Dadá no acepta el tiempo; sólo la nostalgia

sábado, 28 de febrero de 2009

MANIFIESTO POR UN DADAÍSMO TEMEROSO DE ALÁ: Garganta de tulipanes

Empecemos a hablar claro: Dadá es un infeliz al que no le preocupa la situación del mundo. Vive en Zurich -o al menos dice que vive- y vomita carpetanos y poetas por la boca del metro. No mea en fritangas corruptas ni lloriquea bárbaros de acero ipsofactoso uros del río de la metralla la la laal alal lala indios de miserables guantazos y trabajada ignorancia rancia rancia raza de mostachos peludos y de monos franceses acostumbrados a mirar por una horquilla cómo cambia el mundo cómo se viene la muerte tan callando cómo después de acordado da dolor cómo a nuestro parecer cualquier tiempo pasado fue mejor.

No hay costumbre, no hay rito, no hay tiempo, no hay supermercados, no hay gargantas, no hay topos, no hay jirafas, no hay ideas, no hay empresas familiares, no hay muros, no hay hijas, no hay viviendas de protección oficial, no hay rumanos, no hay remolinos de agua, no hay llanto, no hay noche, no hay albaricoques, no hay violaciones, no hay galerías subterráneas, no hay mundo, no hay kilómetros, no hay ruedas, no hay estornudos, no hay hierba, no hay lamidos...

domingo, 8 de febrero de 2009

La adicción a Google. The strange tale about the castle and the village house


I can't remember anything, but

the children running and the wind blowing.

It was just at two o'clock,

when all the windows had been closed

and the sea was quiet -like a dead.

sábado, 7 de febrero de 2009

Polillas y gotas de agua; cómo no debe hacerse un experimento en la bañera

Es peligroso acercarse a los jabatos recién nacidos: sus colmillos enfocan como linternas de agua dulce la melodía principal, mientras sea ejecutada por una orquesta de cuerda pulsada con un martillo con un martillo para que la masa la gente el público las castañas y el fuego Queremos comer, dirán los pollitos y las polillas y la mitad del mundo que muere de hambre mientras hurto un rábano por las hojas de papel que volaron hasta quedar introducidas en una botella en el mar Cantábrico. Sueño con los reproductores de música automáticos, que sólo funcionan los jueves por la tarde -de tres a cuatro- y con las sábanas pegadas al cuerpo de un caballo en el pardo en el prado Descabellados y sonámbulos con grandes efigies amarillas en los labios pegados a las manos con pegamento sensible al contacto con gases de la estratosfera y sensibles también al Arte (Kunst) la reprimenda del oso al tranvía de ojos acrisolados fue una columna de piedra en la superficie del mundo conocido en el siglo en que mi abuelo se aburría de pena
Corrección gramatical: la alcantarilla estaba demasiado limpia para ser una alcantarilla, así, sin más, sin sindicatos que la apoyen económica-mente ni zapatos para apoyarse en el suelo de sol y vidrio Koalas de metal en los charcos de Versalles Lámparas de aceite en la zarzuela más impopular Hilos cosidos en torno a las fachadas de las casas y sobre las calles de Turkmenistán Duele suponer que he estado mintiendo, pero es verdad Vi a Rigoletto en la escuela de arte dramático cuando se disponía a introducir un microcosmos en la bombilla encendida de un candil en el hipotálamo derecho segunda puerta escalera B para emergencias urinarias. Me marcho me marcho con un libro de Goethe y otro de Goebbels y otro de Gödel y otro de El Lissitzky y el mundo se le acaba tras las rejas no hablemos mal de los conductores de limusinas Ellos no tienen la culpa de que los banqueros no concedan crédito La culpa es de un eremita cristiano, y a su vez éste se la había arrebatado tras encarnizada lucha a un elefante asiático, que a su vez la había extraído de un cuento africano que hablaba de habas y de hadas Un viejo mito que insulté y desprecié hasta que me vi afectado de una extraña enfermedad; ¡sabía que no debía abrir la tumba de Tutankamon!
¡Sepultura para las sardinas! ¡Larga vida al Rey Sol!

viernes, 9 de enero de 2009

El Potato Head Blues, una de las diez razones para vivir

Según el personaje Ike (Isaac) de "Manhattan" de Woody Allen, una de las diez razones para vivir es el "Potato Head Blues" Louis Armstrong. Sin duda se debe a que los sonidos del jazz le recordaban a Manhattan. Pero ¿por qué se habrá convertido en una razón universal para vivir -y hacerlo con alegría?; no lo sé. Y, sin embargo, así es. Quizá también sea que recuerdo Manhattan aunque nunca haya estado allí. ¿Es posible tener nostalgia de los lugares donde no hemos estado? Yo la tengo.


[Otras razones para vivir: los discos de John Coltrane, Ornette Coleman, Lee Morgan, Jazz Messengers, Miles Davis, Dexter Gordon, J.J.Johnson, Jelly Roll Morton, Django Reinhardt, Bill Evans, Mingus, Eric Dolphy... Sin olvidar a Beethoven, Shostakovich, Schönberg, Berg, Webern, Wagner, Stravinsky, Messiaen, Bach, Gershwin, Prokofiev]

Nota final: lo reconozco, he estado las vacaciones leyendo, escuchando música clásica y jazz, y repasando las películas de Woody Allen: Manhattan, Misterioso asesinato en Manhattan, Annie Hall...